Inodoro Pereyra es una historieta icónica Argentina, creada por Roberto Fontanarrosa en 1972 y que relata las hazañas de un simpático gaucho de la pampa Argentina. Conoce en este artículo todas sus facetas y más memorables historietas.
Inodoro y su Tata
‘Pereyra por mi mama, Inodoro por mi tata, que era sanitario’ se presenta a sí mismo este gaucho macho y cabrío: Inodoro Pereyra, el renegau, es tan argentino como el dulce de leche, la birome o el colectivo. Y no porque use vincha, ande bien montao y sea bueno pa’payar. Esas son sólo apariencias y -se sabe- las apariencias engañan.
Que lo diga si no la pobre Eulogia Tapia, compañera del Inodoro, a quien el Negro disgraciau del dibujante le hizo engordar 67 kilos en dos cuadritos.’Lo que pasa es que es un personaje surgido a partir del cancionero folklórico que por entonces estaba de moda -se excusa en vano Fontanarrosa, su creador-, recordemos aquello de la sangre rumorosa y la cintura cósmica. Cuando Eulogia aparece en la historieta era una linda mina, después se pone fulera’.
Con más caderas pero no menos carácter, se vuelve una mujer estilo neorrealismo italiano: «Endijpué de tantos años, si tengo que elegir otra vez, la elijo a la Eulogia con los ojos cerrados -dice tierno, el renegau -. Porque si los abro elijo a otra».
Como en su primera aventura, dos lagrimones le ruedan otra vez por la caripela: Inodoro Pereyra cumple ahura 25 años. Nació y creció en la revista cordobesa ‘Hortensia’, en una época de consagración del folklore.
La historieta era, originariamente, una parodia en la que se exageraban los giros lingüísticos y los estereotipos terruñales. Una combinación de lugares comunes del radioteatro gauchesco -que el propio Fontanarrosa escuchaba de chico-, la jerga nativista y el ‘lenguaje ‘festivalero’ a lo (Armando) Tejada Gómez’, según las palabras del humorista.
Munido de documentos, diccionarios, música y literatura, Fontanarrosa se adentró en la temática campestre. En un rejucilo de bravura sintetizó -tal como él mismo cuenta- todos esos conocimientos en la línea finita y pelada con que simbolizó, en los cuadritos, el horizonte y la chatura de la pampa.
«Alguna vez me preguntaron si Inodoro Pereyra refleja mis conocimientos. No hay que engañarse. Sumando todas las horas de mi vida que estuve en el campo, si son cuatro es mucho. Al campo no lo conozco ni me despierta curiosidad’, admite.
‘La eficacia de la historieta reside en trabajar sobre mensajes debilitados en su reiteración, sucesión de efectos que carecen de sentido. Porque la parodia, como la caricatura, no hace sino resaltar lo manifiesto: no inventa, enfatiza explica el escritor Juan Sasturain en El domicilio de la aventura.
La evolución natural de las especies hizo que, después, la ‘sátira feroz al folklorismo’ -tal como apunta el periodista Marcelo Moreno en una nota publicada en el fenecido diario ‘Convicción’-, ampliara a posterior¡ su temática. jue el paso inevitable que debía dar una historieta surgida en una revista humorística y consagrada en un diario. ‘Lo que empezó como una parodia ya no lo es’, ricuerda Sasturain.
De Martín Fierro a Molina Campos
Pariente lejano del gaucho de José Hernández, al renegau se le escapa la genealogía, sobre todo al principio, cuando era gurí. Se le notan, entre otros rasgos, los modos heredados del Martín Fierro, en la versión dibujada por Juan Carlos Castagnino.
‘Es significativo el episodio inicial del primer tomo de las historietas: Inodoro Pereyra se halla en una situación semejante a la de Martín Fierro al encontrarse con un grupo de soldados, de la que lo salva un equivalente de Cruz y lo invita a huir juntos a las tolderías. Inodoro rechaza el ofrecimiento argumentando: ‘A esto ya lo leí en otra par-te y yo quiero ser original’
La historieta del autor introduce la preocupación del arte por la innovación en la cultura masiva y, al mismo tiempo, la réplica de Inodoro sugiere que la historia cambió y que no es posible repetir a Martín Fierro’, apuntó Néstor García Canclini en su libro Culturas híbridas.
La historieta de los primeros tiempos era gráficamente más elaborada: las tomas cinematográficas (primeros planos, picados y contrapicados, contraluces), la alternancia de líneas más juertes (para los rasgos del gaucho, por ejemplo) y más débiles (si se trata de un personaje de alta extracción social); los juegos con los bordes de los cuadros y el trabajo con las texturas (el enojo hace que a los protagonistas se les hinche la yugular o se les llene la cara de puntitos de ira).
El Inodoro gurí tenía los ojos achinados y los caracteres físicos de los personajes de La guerra al malón del Comandante Prado, en la versión del pintor Carlos Alonso, tal como señala el propio Fontanarrosa, Endelpué el renegau enflaquece y entuat<a más endelpué los ojos se te vuelven saltones y la boca más dientuda, al estilo de los paisanos de los almanaques de Alpargatas ilustrados por Florencio Molina Campos.
Cuando la historieta emigra de ‘Hortensia’ a ‘Mengano’, y de allí a ‘Siete Días’, comienza a percibiese una voluntá de narrar las aventuras por entregas, a partir de recursos de suspenso que imitan burlonamente a los del folletín y el radioteatro. En el diario ‘Clarín’, en cambio, vuelven a ser historias unitarias.
A diferencia de lo que ocurre en otras historietas, en la de Fontanarrosa el remate suele ser secundario, dado que el efecto humorístico no se sintetiza exclusivamente en el final sino en la vertiginosa acumulación de chistes previa: el ideal es una ocurrencia por cuadrito.
Tanto el remate como muchos de los chistes intermedios están a cargo de Mendieta -un animal que anteriormente jue un crestiano pero una noche de eclipse se emperró- que funciona como la conciencia sensata (Negociemos, don Inodoro) en estas historias de humor errático y absurdo.
Video documental Fontanarrosa e Inodoro Pereyra
Chanta y antihéroe: ‘Un argentino común’
¿Ande jueron a parar los tan mentaos refranes gauchescos y las referencias con reminiscencias literarias? Con el avance del tiempo y los cuadritos, la parodia de otros discursos cedió su lugar al tratamiento directo de las situaciones y los personajes del día. Según observa Sasturain en su ensayo, Pereyra «se ha desintelectualizado para crecer periodísticamente. Ya no hay casi narración: hay chistes’.
Inodoro, la Eulogia y el Mendieta suelen protagonizar tres tipos de situaciones: los enfrentamientos con malones, militares y plagas de loros; las pequeñas delicias conyugales -algunas de las cuales terminan con un mate que vuela por los aires- o el encuentro con personalidades de todo tipo: desde Jorge Luis Borges, Don Quijote y los Reyes Magos hasta Súperman, E.T., el Zorro y los defensores de Greenpeace. La que cada vez llega más a menudo de visita es la actualidad.
‘Recuerdo que, por el año 76 o 77, cuando vi compilado uno de los libros de Inodoro Pereyra me di cuenta de que era bastante violento. Inodoro se la pasaba peleando con la policía, con los soldados, con los indios, con todo el mundo. Mientras lo iba publicando no me daba cuenta pero después noté que estaba reflejando un momento violento’, cuenta Fontanarrosa.
Si antes el renegau salía a peliar contra la luj mala y el Mandinga, haberá que verlo áhura defenderse de la deuda externa, los prófugos de la justicia, los políticos y el antidopin, entre otros males propios y ajenos.
‘Inodoro Pereyra se convirtió en un ‘argentino común’, que ve transcurrir la actualidad con un asombro que se acerca al desconcierto (…) El dibujo es menos sorprendente y audaz pero no perdió calidad: sucede, simplemente, que el elemento visual ha cedido el protagonismo y se subordina estrictamente a las necesidades del diálogo, gran primer actor de estas historias. Es el ininterrumpido fluir de gags verbales, de
juegos de palabras, el que desata incontenible la carcajada o, a veces, la reflexión irónica o amarga’, señala Daniel Freidemberg en una nota bibliográfica.
El renegau es un antihéroe: ‘un tipo como tantos que hace lo que puede y no lo que quiere. Que reacciona como cualquiera de nosotros, pero que, por sobre todas las cosas, es un personaje digno’, explica Fontanarrosa.
Es justamente por estos sentidos antagónicos -la dinidá, la derrota, la viveza crioya- que Inodoro Pereyra es tan argentino como el dulce de leche, la birome o el colectivo: un verdadero mojón de argentinidá. Que lo parió.
Personajes Principales de Inodoro Pereyra
Inodoro Pereyra
Es una parodia de las idealizaciones que se hicieron del gaucho de la pampa argentina y, específicamente, del gaucho Martín Fierro. Solitario, reflexiona sobre la vida, acompañado de su perro Mendieta, y recibe a extraños en su pobre rancho, a los que aconseja de manera peculiar. Tiene mucho que ver con el humor de Inodoro Pereyra justamente el tema de su lenguaje, porque hace muchos juegos de palabras.
Mendieta
Un perro bajo y amigable, de raza desconocida, que posee la facultad de hablar. Acompaña a Inodoro en sus andanzas compartiendo con él razonamientos, llegando a funcionar como el confidente de Pereyra.
En un episodio, Mendieta explica que él era séptimo hijo varón, y que se transformaba en lobizón las noches de luna llena; pero se vio afectado por un eclipse, que lo dejó en estado de perro parlante.
Por un eclipse, que lo dejó en estado de perro parlante.
Eulogia Tapia
En la primera aparición de Inodoro Pereyra (1972) éste se presenta recién emparejado con mujer (su «china»), que fue dibujada por Fontanarrosa como una muchacha muy joven y delgada con facciones que la sugerían bella (aún dentro de la estética caricaturesca de los dibujos). Esta mujer que es concubina de Inodoro desde 1976 es dibujada como gorda y fea (aumentó 25 kg en un cuadradito). Es hogareña, tiene muy mal carácter y es celosa, al punto de enojarse como una fiera cuando Inodoro llega tarde.
El Censo
El Censo es una de las historietas más recordadas Inodoro Pereyra, incluidas en el libro 8. Te la dejamos aquí para que la disfrutes mientras conoces a este entrañable personaje de Fontanarrosa:
Roberto Fontanarrosa
«De mí se dirá posiblemente que soy un escritor cómico, a lo sumo. Y será cierto. No me interesa demasiado la definición que se haga de mí. No aspiro al Nobel de Literatura. Yo me doy por muy bien pagado cuando alguien se me acerca y me dice: me cagué de risa con tu libro»
– Roberto Fontanarrosa –
Biografía de «El Negro» Fontanarrosa
1944:
Era domingo y el parto había sido normal, salvo por un detalle el bebé resultó negro y canalla. El 26 de noviembre nace en Rosario (Argentina) Roberto Fontanarrosa -El Negro- humorista gráfico, escritor e hincha de Rosario Central. Ese mismo mes aparece la revista «Rico Tipo», cuna de las osadas «Chicas de Divito» y exponente de una década en que la historieta y el humor gráfico argentino crecen y se consolidan.
En mi niñez fue todo normal, todo común, sin catástrofe, sin privaciones terribles y sin acontecimientos sobresalientes. Mi niñez no da ciertamente para escribir una novela angustiante. Ni da tampoco para una historieta.
1954:
El pequeño Fontanarrosa se encuentra con su verdadero amor: la pelota, Va a la cancha por primera vez a ver un partido entre Rosario Central y Tigre. Si hubiera que ponerle la música de fondo a mi vida, sería la transmisión de los partidos de fútbol.
1957:
Fin de la escuela primaria: «Andá al industrial porque en la industria está el futuro del país. Lo que se estudia ahí tiene una aplicación», le recomienda el padre. «Que haga lo que le guste, pero por si acaso que estudie inglés» , acota la madre al verlo copiar insistentemente los dibujos de «Rayo Rojo» , «Puño Fuerte», «El Tony» y «Misterix». Por esa época inicia el curso de los «12 Famosos Artistas» que la Escuela Panamericana de Arte dictaba por correspondencia.
1961:
Negado para las matemáticas, la física y la quimíca, Fontanarrosa deja el secundario después de repetir tercer año. No siento ninguna frustración por haber abandonado: al fin de cuentas soy un precursor de la deserción escolar. De esos días, el único recuerdo agradable que se conserva es el de los días miércoles al mediodía que salía del colegio para comprar en el kiosco «Hora Cero». La revista, fundada por Héctor Germán Oesterheld, es considerada un hito de la historieta.
1962:
Se viste- por primera vez- de traje para viajar a Buenos Aires, En busca de trabajo llega a editorial Columba, donde le prometen un guión, pero la propuesta nunca se concreta y Fontanarrosa se vuelve a Rosario.
1963:
Empieza a trabajar en la agencia de publicidad de Roberto Reyna y le va bien , aún a su pesar. Trabajaba sin la menor convicción. Es que siempre me pareció imposible que una persona pueda comprar un vaso porque alguien se lo inculca en un aviso.
1968:
El año del Mayo francés, del asesinato de Martin Luther King y de la dictadura de Juan Carlos Onganía, Fontanarrosa publica su primer chiste : un policía muestra su bastón manchado de rojo-sangre dice » no hay ninguna duda, eran comunistas». EL trabajo-que recuerda al «palito de abollar ideologías» de Mafalda. Dibujado más o menos para la misma época- aparece en la revista rosarina «Boom». La publicación había convocado al dibujante para ilustrar las tapas serias en color ( cosa que para mí era totalmente nueva, porque ya había crecido con historietas blanco negro). A falta de alguien que hiciera la página de humor, la dejan también en sus manos.
1971:
Año memorable para Rosario Central, que por primera vez, sale campeón. Gol inolvidable el que hace Aldo Poy de palomita, gracias al cual los leprosos de Newells quedan eliminados en la semifinal. En homenaje a esa histórica jornada, Fontanarrosa escribió el cuento «19 de septiembre de 1971», incluído en Nada del otro mundo, la compilación que Ediciones de la Flor publicó en el 88.
En pleno auge de la era James Bond, Fontanarrosa crea una parodia del agente secreto- 75 páginas dibujadas en tinta china- , de la que sólo se publican capítulos en la revista rosarina «Tinta». Boogie, el aceitoso , es el descendiente directo de este personaje que reeditará la Universidad de Rosario. También en «Tinta» aparece otro trabajo, hecho con estilográfica : Tadea y sus hijos, una historieta «a la italiana» donde todo lo que ocurre es terrible.
1972:
Surge en Córdoba la revista humorística » Hortensia», que llega a tirar más de cien mil ejemplares por números . Dirigida por Alberto Cognigni, colaboran en sus páginas Caloi, Brócoli, Lolo Amengual, Crist, Ian, y el propio Fontanarrosa, entre otros.
Era una gran vidriera para muchos de nosotros. Aquí fue donde ya me dejé de complejos y me lance a la historieta , copiando sin asco a (Hugo) Pratt.
«Hortensia» fue la madre de sus dos hijos Boogie el aceitoso e Inodoro Pereyra, el renegau
A fines del 72 aparece también «Satiricón», donde el humorista publica unas historietas basadas en cuentos de Borges, en películas o en best-sellers famosos.
¿ Quié es Fontanarrosa? Preguntaba en su tapa el primer volumen de humor gráfico de este artista de 28 años publicado por Ediciones de la Flor. A partir de entonces, y con ese sello, aparecieron tomos humorísticos suyos sobre casi todos los temas : el fútbol, el sexo, el fútbol, la política, el sexo, la cultura, el fútbol….
1973:
La nueva contratapa del diario «Clarín» es un signo del fortalecimiento del género de la historieta y el humor 7gráfico argentinos, que ya no necesitan de modelos ni de nombres importados. Convocada por Caloi, se instala en el matutino toda una banda de humoristas autóctonos : Viuti, Tabaré, Altuna, Dobal, Ian, Rivero, Crist y – por supuesto- Fontanarrosa, que allí continúa. Desde entonces, muchos lectores empiezan a hojear el diario por la parte de atrás.
1974:
Nace la revista «Mengano», adonde emigran varios de los integrantes de «Satiricón»: Limura, Bróccoli, y Amengual, así como Viuti y Fontanarrosa que trabajan simultáneamente en las dos publicaciones. Para la mismo época el humorista colabora también en otros proyectos tales como «Chaupinela» y » La Cebra a Lunares «- Medio a la fuerza, a «Mengano» se muda el renegau.
Es mismo año, Inodoro Pereyra hace rancho aparte : Ediciones de la Flor publica la primera compilación de sus aventuras, puntapié de una serie que ya ha superado la veintena de volúmenes. A Boogie le bastó una bazuca y una granada de trotyl para conseguir -en buenos términos- que la editorial lanzará también el título inicial de su colección, que ahora ya tiene doce tomos.
1976:
Inodoro Pereyra se instala junto a la Eulogia y el Mendieta en el diario «Clarín». Luego de pasar por diferentes secciones se incorpora a «Viva», rediseñada revista dominical del matutino.
Para entonces el bar «El Cairo», en Rosario, se había transformado ya en el sitio de encuentro de la «mesa de los galanes», después inmortalizada en uno de los libros del humorista : una veintena de hombres se reúnen todas las tardes y lo fantástico es que no se habla de nada importante, es la insoportable levedad de la conversación.
1979:
Boogie toma por asalto las páginas del quincenario «Humor Registrado». No se producen víctimas ni daños materiales. En su larga y violenta vida, la historieta se publica también en el semanario «La Maga» y en publicaciones mexicanas y colombianas. He recibido muchas cartas en contra Boogie, pero las más preocupantes eran las que me llegaron a favor. Eran una cosa terrible, tipos felices porque por fin llegaba alguien que les pegara a los negros y a las mujeres
1980:
Fontanarrosa. Comienza a colaborar en la elaboración de los espectáculos de Les Luthiers. Los conocí personalmente cuando presentaron «Mastropiero que nunca «en Rosario y se quedaron en la ciudad una semana. En esa época querían formar una grupo de apoyo que les tirara ideas, el grupo no se formó pero yo empecé a trabajar con ellos.
1981:
Editorial Pomaire publica Best Seller , novela inicial de Fontanarrosa. El mismo sello lanza, al año siguiente, El área 18, su secuela.
1982:
El mundo ha vivido equivocado sostiene Fontanarrosa en el título del primer libro de cuentos, publicado por Ediciones de la Flor. A él le siguen No sé si he sido claro, Nada del otro mundo, Uno nunca sabe, El mayor de mis defectos y La mesa de los galanes, entre otras compilaciones de relatos.
1984:
Aparece en el mercado «Fierro», una revista que promueve la experimentación temática, narrativa y técnica de la historieta, un género que – para entonces- ya ha perdido su ingenuidad inicial. A sus páginas se incorpora, algunos años después, la serie
Semblanzas deportivas creadas por Fontanarrosa así como las aventuras de Sperman, un donante de esperma.
1985:
Ediciones de la Flor reedita Best Seller, un verdadero éxito de ventas- tal como su nombre obliga – y también El área 18. Aparece, además, una novela nuevecita , La Gansada.
1994:
Año mundial. El humorista es contratado por «Clarín» para comentar los partidos jugados por la selección argentina en los Estados Unidos. Hay que decirlo : en realidad, son narrados por la Hermana Rosa, una mentalista que predice los resultados. En 1994, además, recibe el Premio Konex.
1995:
Para cuando aparecen los cuentos La mesa de los galanes , los galanes ya se habían mudado de mesa. Dejaron El Cairo para instalarse en un nuevo bar, la Sede.
1998:
Inodoro Pereyra el renegau, cumple 25 años y los festeja con usted en este volumen monumental.
Mas historietas de Inodoro Pereyra
Te dejamos una selección de las más memorables historietas de Inodoro Pereyra: