Campanópolis, es una villa medieval de locura y fantasía, construida por un millonario argentino, hecho a sí mismo, a finales de los años 70. Se ubica a unos 30 kilómetros al suroeste de Buenos Aires, en González Catán, y si bien está muy lejos de la ruta turística más conocida, les recomendamos mucho conocer esta atracción, por ser muy curiosa, ambiciosa e incluso por ser un lugar ideal para sacar fotos, pasear, caminar, disfrutar del recorrido por el lugar, sin otro igual mediaval, fantástico y extravagante..
Tour privado a Campanópolis desde Buenos Aires
Campanópolis es un increíble complejo turístico y cinematográfico ubicado en González Catán, en la provincia de Buenos Aires. Con su arquitectura medieval y su paisaje de cuento de hadas, ofrece una experiencia única.
Te recomendamos mucho contratar un tour para ir a conocerlo y no perderte sus curiosidades e historias.
Con unas 6 horas de duración podrás conocer este singular lugar, una villa medieval de fantasía, con un guía privado que te acompañará durante todo el recorrido. El tour a Campanópolis incluye el traslado desde tu hotel, la entrada a Campanópolis y la compañía de un guía ( disponible en español, inglés y portugués).
Recomendamos mucho este tour guiado para recorrer esta atracción, aunque también puedes ir por tu cuenta.
Y para ello vamos a darte todos los tips y consejos
Cómo llegar a Campanopolis
En Transporte Público
No es para nada fácil llegar hasta Campanopolis en colectivo o tren.
Sin embargo, puede tomar el Tren Belgrano Sur hasta la estación González Catán y desde allí tomar un uber, un remís o taxi hasta Campanopolis.
Otra opción es en colectivo línea 622.
Llegar a Campanopolis en auto
Si planeas llegar a Campanópolis en coche desde el centro de Buenos Aires, deberás tomar la Autopista 25 de Mayo y luego la Autopista Ricchieri, en dirección a Ezeiza. Continúa por la Autopista Ricchieri hasta llegar a la Ruta Provincial 4 (Camino de Cintura), donde deberás girar a la izquierda. Sigue por la Ruta 4 hasta llegar a la Avenida Juan Manuel de Rosas, donde deberás girar a la derecha. Después de aproximadamente 5 km, encontrarás el ingreso a Campanópolis a tu izquierda.
Al llegar
Un cartel toscamente pintado señala una entrada llena de basura, y la puerta oxidada no revela nada de lo que hay más allá: un grandioso y extravagante pueblo de inspiración medieval, con una iglesia y un molino de viento.
Las paredes de una habitación de un edificio están revestidas de monedas antiguas, mientras que una serie de máquinas de escribir oxidadas adornan otra.
Alberto Campana era un empresario de éxito que dirigía supermercados y un negocio de conservas en Mendoza, la capital del vino del país, situada al oeste. Diagnosticado de un cáncer de garganta terminal en 1976, dio el paso radical de venderlo todo y comprar 250 hectáreas de tierra en barbecho con el sueño de construir una ciudad de fantasía.
A pesar de muchos contratiempos, las obras de construcción comenzaron en 1980, con la ayuda de 100 trabajadores y camiones de tierra traídos para nivelar el terreno. Campana venció los pronósticos y vivió 20 años más, animado por su empuje en el proyecto.
Sin ninguna cualificación arquitectónica formal, improvisó sus diseños, trabajando 14 horas al día, ya fuera en la obra o buscando en subastas chucherías para decorar los edificios.
Varias de las puertas proceden del antiguo hipódromo de Palermo, en Buenos Aires, mientras que las butacas de cuero vintage proceden del desaparecido cine Güemes. Las paredes de una sala de un edificio están revestidas de monedas antiguas, mientras que una serie de máquinas de escribir oxidadas adornan otra. Campana prohibió que nadie durmiera en Campanópolis, y los edificios siguen sin estar amueblados.
En el momento de su muerte, en 2008, la idea de un ferrocarril alrededor del lugar estaba tomando forma, pero un incendio provocado redujo varios vagones a cascos oxidados, lo que dio lugar a una vigilancia privada permanente y a un horario de visitas restringido.
Sólo está abierto los sábados, durante cuatro horas (de 9 a 13 horas, con visitas guiadas obligatorias, pero los visitantes son libres de echar un vistazo después). En la actualidad, el lugar alberga funciones privadas y en 2011 fue elegido por HBO Latinoamérica para proyectar el primer episodio de Juego de Tronos.
La entrada cuesta unos U$D 8 y puedes adquirirla en el sitio campanopolis.com.ar